43 años después, los sindicatos han vuelto a la carga ante la situación económica que viven los empleados. A la convocatoria están llamados 170.000 empleados.
Si la negociación con los empresarios sigue empantanada, tanto el jueves como el viernes santo los alojamientos hoteleros del Archipiélago no tendrán a sus plantillas listas como cada día para atender a los huéspedes. Paco González, vicesecretario general de política sindical en UGT Canarias, señala que el objetivo es conseguir que se valore el trabajo con un mayor salario.
Aunque deja claro que el acuerdo puede llegar incluso en el último momento, exclama que “las espadas están en alto” y que “todo depende de la patronal”. “Hay ánimo de huelga”, añade. Asegura que los trabajadores están hartos de ver cómo la hostelería registra unas cifras extraordinarias de recaudación mientras ellos no llegan a fin de mes por los bajos salarios. “Queremos sueldos dignos”, dice.
Indica que la gerencia de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas los ha convocado a una reunión para este miércoles. Durante el encuentro podrán retomar el diálogo que el pasado fin de semana quedó estancado. Algo similar a lo ocurrido en Tenerife, donde las posiciones entre ambas partes son casi antagónicas.
González (UGT) aclara que “hay tiempo de desconvocar la huelga si la propuesta es adecuada”. Los sindicatos plantean una subida salarial del 5,45% —pasar de 23.000 euros brutos al año a unos 24.000 aproximadamente— o una paga extra por encima de los 1.000 euros.
Destaca que el sector ha pasado de tener un servicio más personalizado a otro más deshumanizado. “Los salarios se han quedado atrás a pesar de tener un ciclo de bonanza y beneficios que nunca hemos visto”, dice. “Falta mano de obra, se tarda hasta 15 o 20 días en sustituir una baja”, agrega.
El secretario de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras (CCOO), Borja Suárez, comenta que a día de hoy cancelar la huelga “es imposible”, pero matiza que todo puede pasar. “La expectativa es poca, no aceptamos aranceles, es un conflicto en el sector”, resalta. “No nos doblan el brazo ni extorsiones ni paguitas”, afirma.
El sindicalista deja claro que en ningún momento se han movido de los tres puntos básicos que reclaman: “Inversión en prevención real con camas elevables como en Baleares, intención real de acabar con el turno partido y una subida salarial porque se ha perdido el 8% de poder adquisitivo”.
Suárez pone sobre la mesa que hace cuatro años con la pandemia fueron “socialmente responsables” y firmaron una subida salarial moderada porque entendían la situación. “Ahora que la cosa va bien, que se reviertan las ganancias en la clase trabajadora”, añade.
“Parece que la huelga nos la hemos inventado de la nada, pero desde 2023 le hemos dicho a la patronal que el sector pedía un cambio. No es turismofobia, es convivir con lo que te da de comer”, sentencia.