D. Telesforo Domínguez Pérez nació el 20 de marzo de 1914 en San Juan de la Rambla (Tenerife) y falleció en Puerto de la Cruz (Tenerife) el 12 de febrero de 2000. Casado con Antonia María González Rosado, tuvo ocho hijos.
La familia nos informa que desde joven trabajó en las oficinas de un empresario y exportador agrícola y posteriormente creó una empresa de transporte de mercancías, además de explotar algunas fincas agrícolas. En aquella época (finales de la década de 1940, principios de los 50), los dos hornos de cal de Puerto de La Cruz, en la zona denominada Las Arenas, estaban en desuso, propiedad de la familia Bethencourt que además eran armadores del pailebot Nicolás. Finalmente, Telesforo decide explotarlos en régimen de arriendo, tanto los hornos como el pailebot, y se dedicó a partir de entonces al negocio de la cal entre otros.
A finales de la década de los cincuenta construye dos hornos gemelos de cal en Puerto del Rosario (Risco Prieto, en la ladera de Barranco Hondo), transportando piedra de cal cruda, en barcos hasta Tenerife, a través de dos embarcaciones, el “Nicolás”, que acabó sus días el 17 de agosto de 1964 naufragando frente a la costa este de Jandía, y la motonave “Serrucho”, barco de carga, casco de madera, construido en 1940 en Vigo en las Serrerías del Miño, con una eslora total de 24,58 m, manga 6,37 m y puntal de 2,62 m; su propia hijo D. Manuel Domínguez González expresa: “mi padre fue a comprarlo a Vigo”.

La motonave El Serrucho
Juan Pedro Morales Chacón nos informa de algunos de estos viajes que realizó el Serrucho: “Entre los barcos de cabotaje, figuró el denominado Serrucho, que trajo carbón a Las Palmas y llevó una partida de sal para San Sebastián”, 01 de 06 de 1965, en Arrecife. La gran mayoría de los hijos varones llegaron a trabajar de forma puntual en los hornos de Puerto de La Cruz, aunque no podemos decir lo mismo en torno a los hornos de Puerto del Rosario, pero, se constata, que el hijo mayor viajo a la ciudad para realizar gestiones diversas.

Hornos de cal de Telesforo Domínguez en Risco Prieto, ladera del Barranco Hondo, 2024
En el plano económico se embarcaron piedra de cal, yeso, o cal viva en bidones para desembarcar en el muelle de Puerto de La Cruz transportando en camiones la mercancía hasta la calera de Telesforo situada en la calle Carreta, en la zona denominada Las Arenas, cuya principal función es vender la cal, pero también se realizan trabajos como abrir o terciar la cal viva, venta cemento y materiales de construcción como bloques y ladrillos, además de punto de almacenaje e incluso una pequeña ferretería entre otros usos. Actualmente, una de las calles transversales a la calle Carreta es precisamente calle Calera, vinculado intrínsicamente a lo anteriormente comentado.
Sin embargo, Telesforo llegó a arrendar un solar en Santa Cruz de Tenerife a la familia Dorta, en calle Arturo Ballester, donde realizaba la descarga de piedra de cal entre otros artículos, la razón era una cuestión económica pues transportarla en camión por carretera era más rentable en tiempo y costo que en los buques que debían de desplazarse por todo el norte de la isla tinerfeña. Entre otros artículos a destacar que importaba desde el muelle de Puerto del Rosario era ganado, viejas secas, papas, tomates, cebollas, alfalfa, sal, como también lo hacía desde el muelle de Arrecife, Lanzarote, y desde el muelle de Gran Tarajal, cal de albeo, tomates, etc.
En ocasiones, la motonave Serrucho realizó viajes lejos del ámbito interinsular canario, Manuel Domínguez recuerda que la motonave Serrucho llegó a desplazarse hasta Sidi Ifni, Agadir o Cabo Verde. Una vez que se paraliza la actividad industrial calera la motonave es atracada en la dársena de Santa Cruz de Tenerife, allí permanece sus últimos días hasta que después de un mal temporal alrededor de 1970-71, sufre un golpe de mar provocando su hundimiento, al poco tiempo es remolcado fuera del muelle de Santa Cruz acabando en las profundidades del Atlántico.

Logotipo empresarial
Respecto a la piedra de cal y el yeso no sólo se exportaba a Puerto de La Cruz, también se vendía en plaza en Puerto del Rosario junto a cal apagada, aun así, los principales compradores o intermediarios los encontramos en Tenerife, apareciendo en sus anotaciones figuras como D. Pedro Soto Haro, don Martín Ocón, el señor (Óscar) Molowny (Agencia de Aduanas), D. Luis González Chávez, la empresa Contratas Piñeiro, D. Blas Reyes Rodríguez, D. José Rodríguez Ramos, don José Laguna, don Eustaquio Reyes, D. José Estévez Guillen de El Sauzal, D. Sebastián Sosa Barroso de La Laguna, D. Fernando Ruano Vives de Santa Cruz, D. Alonso Arroyo (Ingeniero) de Santa Cruz, D. José González Hernández, D. Luis Gonzáles Monreal de Puerto de La Cruz, D. Gregorio del Castillo García, la familia Dorta o don Manuel Martín, este último, posiblemente de Fuerteventura pues en los apuntes, a veces, no se hacen distinciones. Es de interés conocer cuál fue la huella de la cal que dejó tras sí en esta isla y a través de Manuel Domínguez podemos saber que la cal y el yeso de la isla majorera se invirtió para la construcción de carreteras, aljibes, fincas, viviendas, para agricultura en procesos de desinfección o para enterramientos. En este tejido económico y social que se constituyó son de vital importancia varias figuras como los prestamistas que supusieron un importante sustento para estos negocios, entre ellos conocemos a D. Antonio Hernández Acevedo de San Juan de La Rambla, u otras para la gestión de los mismo en Puerto de La Cruz como el reconocido contable don Luis Castañeda.
Telesforo mantuvo en funcionamiento los hornos hasta mediados de los años 60, desconociendo quiénes fueron los trabajadores que se contrató para estos hornos, aunque, en el seno de la familia recuerdan que hubo dos horneros. Sin embargo, en la memoria colectiva de nuestros vecinos de Puerto del Rosario, recuerdan que la oficina de D. José Travieso Cedrés, Agente de Seguros, Tetir, gestionaba los seguros de los peones de dichos hornos.

Los contactos que tenía Telesforo en Fuerteventura eran D. Pepe Hierro, que suministraba a los barcos los víveres necesarios para las travesías, a D. Santiago Hormiga Domínguez, a través de la Agencia Hormiga (despacho de buques) y con D. Luis Rodríguez Alonso, transportista de profesión que llegó a ser huésped en casa de Telesforo en Puerto de La Cruz, por la buena relación de amistad consumada. Las labores de ir a buscar la piedra de cal al solar de Perdomo y transportar la mercancía a los muelles las realizaba Luis Rodríguez. También forjó amistad con D. Juan López Morales, capitán de Infantería en Fuerteventura durante la vieja Puerto de Cabras, aunque parece ser que no estaba vinculado a la industria calera. Por otro lado, desde La isla de Gran Canaria tenemos a D. Pedro Cullen del Castillo en Las Palmas G.C., D. Bernardo Hernández Santana en Puerto de La Luz o D. Carmelo Quevedo Estévez en Las Palmas G.C.
Entre el 29 del 04 y el 10 del 05 de 1960 recolectó de dicho solar un total de 51.700 kg de piedra de cal, a 30 pts. la tonelada el gasto ascendió a 1.551 pts. Por otra parte, existen unas anotaciones por compra de 18.510 kg de carbón a 1.200 pts. la tonelada que supuso un gasto de 22.212 pts. Los jornales semanales supusieron un gasto de 3.000 pts., por lo que la suma total ascendió a 26.763 pts.
D. Braulio Domínguez, nieto de Telesforo: “También recordamos a alguien llamado o apellidado Dámaso, que se encargaba del pesaje de la carga antes de ser embarcada”.

Manuel Domínguez montado encima de un carneo traído desde Fuerteventura junto a su hermano Juan Ramón, detrás los hornos de cal de Puerto de la Cruz humeando
Además, el industrial de Puerto de La Cruz formó una sociedad con el tinerfeño, del municipio de La Orotava, D. Isaac González Luis, el Rey de la cal, la cual no fructificó por mucho tiempo.
En lo concerniente a los hornos, un aspecto novedoso a destacar que se puede apreciar en la siguiente fotografía, es la incorporación de dos raíles o rieles con sus vagonetas correspondientes para agilizar el transporte de la cal quemada de los hornos hasta su vertido final en el cargadero o tinglado, donde esperaba el camión en un plano inferior para recibir en el volquete dicha carga. Esta última estructura no se encuentra actualmente y, de momento, es el único lugar donde se puede confirmar la utilización de vagonetas.

Hornos de cal de Telesforo Domínguez en Risco Prieto, ladera del Barranco Hondo, 1968
Por otra parte, a pocos metros de los hornos, donde actualmente está el karting de Risco Prieto, se encontraba el almacén para guardar la cal viva, la cal apagada, bidones vacíos, carbón, etc., las pertinentes oficinas y un depósito con su canalización correspondiente, cuya agua se utilizaba principalmente para “abrir” la cal viva, poder terciarla y envasarla en bolsas o fanegas para vender in situ, no constando que se exportara. Una vez que estos hornos cierran su producción, Telesforo decide venderlos juntos con los terrenos situados en la parte superior, pasando a estar en manos de cuatro compradores, D. Ismael Hernández Hernández, el señor Melquiades, el señor Monjes y don Isidro Luz.

Almacén/oficinas de Telesforo Domínguez junto a un depósito de agua y canalizaciones, próximos a los hornos.
Durante esta etapa final de la empresa, Manuel Domínguez expresa lo siguiente: “Mi padre sufrió un infarto y quedamos para realizar el cierre. Al frente estuvo mi queridísima hermana María Luisa Domínguez fue una excelente gestora para solucionar el cierre de la industria, fueron años muy difíciles y le damos las gracias por la valentía que demostró, porque siempre fue su mana derecha, por su devoción y admiración que tanto sintió por su padre. María Luisa es la tercera de las hijas y trabajo junto a los contables que venían a la oficina Castañeda, y otros no me acuerdo cómo se llamaban. Ella hacía grandes esfuerzos para conseguir la economía en esos momentos difíciles al cerrarse la empresa y los bancos apretaron junto a los prestamistas que por eso se apuró la venta de las propiedades en Fuerteventura. Fue una gran secretaria y querida de mi padre. Renunciando a su juventud. Sin sueldo. ¡¡Se merecía todo lo mejor!! Yo junto a ella dimos la cara para solucionar renovar pagos y conseguir conservar el patrimonio de Tenerife en el Puerto de la Cruz. Se logró y ella no consiguió ni paga ni jubilación, así que se merece un reconocimiento por su contribución a nuestra familia, Luchadora y tenaz se casó con un destacado abogado y muy querido en el puerto de hecho fue concejal en la transición, Celestino padrón”.

María Luisa Domínguez acompañado por su padre Telesforo Domínguez.
De esta forma, una de las últimas figuras industriales de la Isla de Tenerife, que fijó su interés comercial en Puerto de Cabras/Puerto del Rosario para invertir recursos, generar puestos de trabajo, lazos de amistad, etc., engrandeció nuestra economía y dejó a su paso un legado patrimonial que hoy en día es parte de nuestra historia.