La Dirección Salud Pública investiga un posible caso de botulismo infantil detectado en Canarias en una bebé de cuatro meses, según informó la Consejería de Sanidad del Gobierno canario a través de una nota.
A la pequeña, ingresada en la unidad de cuidados intensivos del hospital Materno Infantil de Canarias, en Gran Canaria, se le está realizando el estudio pertinente para descartar botulismo del lactante y las muestras se enviarán al Centro Nacional de Microbiología, en Madrid, para su estudio.
Aunque afecta casi exclusivamente a niños menores de un año de edad, también puede aparecer en niños mayores y adultos con alteraciones en la anatomía y microflora intestinales.
Las dos potenciales fuentes de infección reconocidas en la literatura científica son el consumo de miel y el polvo procedente de suelos contaminados.
Este caso, tal y como indican los protocolos, se notificará al Ministerio de Sanidad y al Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, señalaron desde Sanidad.
Por su lado, el jefe de Epidemiología del Servicio Canario de Salud, Álvaro Torres, indicó que, de momento, solo se trata de un caso sospechoso de botulismo. «Con el mismo cuadro clínico se pueden presentar varias enfermedades, de modo que tenemos que ir descartando todas y cada una de ellas. Se han recogido y enviado muestras de los alimentos implicados, que es la principal vía de entrada de estas enfermedades, y también muestras de la persona enferma a Madrid para que puedan descartar o no la presencia del botulismo», aclaró.
Respecto al origen de esta enfermedad, Torres señaló que el botulismo infantil se adquiere «por la ingesta de la toxina botulímica. Eso quiere decir que en los alimentos puede estar o bien el microorganismo Clostridium botulinum, que es primo hermano del ‘Clostridium tetani’ que produce el tétano, que producen formas de resistencia tremendamente fuertes como son las esporas, que están en muchos sitios. Podemos adquirir a través del alimento el microorganismo, la espora o la toxina –que es lo más frecuente–. Suele estar en alimentos enlatados, cerrados. Suele ser lo más frecuente», subrayó sobre el origen de esta enfermedad sin antecedentes en las últimas décadas en Canarias.
«Afortunadamente el botulismo es una enfermedad muy rara. En Canarias no se ha confirmado ninguna de las sospechas», explica acerca de la vigilancia epidemiológica que se realiza sobre quienes presentan síntomas compatibles con esta enfermedad de la que no se ha confirmado ningún caso en Canarias, al menos, en las dos últimas décadas.
En este caso, fueron los servicios de pediatría de Fuerteventura y del hospital Materno Insular los que comunicaron la sospecha a la Red Canaria de Vigilancia Epidemiológica. «Lo que nosotros hemos hecho ha sido decir qué muestras hay que coger, tanto de la paciente y su entorno, y las hemos sellado para enviarlas a los laboratorios de referencia de Madrid», abunda el epidemiólogo que cree que los resultados tardarán bastantes días en llegar.
Mientras tanto, ante la posibilidad de que la sintomatología finalmente corresponda a esta enfermedad, la más grave de las que pudiera tener, a la niña se le está administrando un suero antitoxina botulímica. De este modo, en el peor de los casos, se garantizará su evolución favorable.