El diputado del Grupo Nacionalista Canario (CCa), Mario Cabrera González, intervino ante la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria para plantear la necesidad de desarrollar un nuevo estudio sobre el estado del mejillón majorero (Mejillón Perna perna) en Fuerteventura. Mario Cabrera propone iniciar un nuevo estudio para conocer y evaluar la situación del mejillón majorero
En función del resultado, Cabrera propuso valorar la posibilidad de abrir la veda y permitir la captura de este molusco en determinadas épocas del año, “solo si se comprueba su recuperación”.
Durante su intervención, señaló que, a pesar de que en la isla el marisqueo es una “tradición prehispánica”, su captura indiscriminada provocó una merma de la población de esta especie autóctona de Fuerteventura, llevándola al peligro de extinción.
La captura de este molusco está regulada por el Decreto 134/1986, de 12 de septiembre, que establece el marisqueo del mejillón canario y fija la veda del 1 de abril al 30 de junio. En Fuerteventura, su extracción está prohibida durante todo el año desde la entrada en vigor de la Orden de 16 de julio de 2004. Esta norma se implementó para frenar el furtivismo, que casi llevó a la especie a la desaparición, y de la que hoy solo se conservan ejemplares en Fuerteventura y en algunos acantilados de Lanzarote.
Mario Cabrera incidió en que, tras estas dos décadas de veda permanente, “se ha notado una cierta mejoría en cuanto a la recuperación de este molusco”, gracias a los medios aplicados con este fin. Por ello, desde el Grupo Nacionalista Canario, “entendemos que es el momento de hacer un nuevo estudio que nos aporte datos actualizados para conocer si este periodo de veda ha funcionado”, recalcó el diputado.
De este modo, el diputado ha abierto el debate de iniciar investigaciones que determinen la viabilidad sostenible de levantar la veda para permitir el marisqueo en determinadas zonas y bajo unos parámetros que sigan propiciando la recuperación natural del molusco.
En cuanto al furtivismo, el parlamentario insistió en seguir intensificando las labores de vigilancia en las costas para contrarrestarlo. Según Cabrera es esencial “conocer los medios de los que se dispone y los que se requieren para frenar esta práctica nociva para los ecosistemas marinos de la isla”.
La gran extensión de la costa de Fuerteventura, la escasa vigilancia y la falta de concienciación han contribuido a que el furtivismo persista en la isla. “Con ello, se ha desarrollado la venta ilegal del producto en grandes cantidades y sin ninguna regulación sanitaria”, ha explicado Cabrera.
Con el objetivo de acabar con esta falta de control propuso la utilización de nueva tecnología para la supervisión del litoral majorero. Apuntó a la oportunidad que ofrece el Parque Tecnológico de Fuerteventura (PTF), a través del proyecto de vuelo de plataformas no tripuladas, que permite el monitoreo de los 340 km de costa de la isla de Fuerteventura “desde el propio edificio del Parque”. También señaló la importancia de dar impulso a las campañas de concienciación contra el furtivismo.
En respuesta, el responsable del área, Narvay Quintero, mostró su disposición a emprender un nuevo estudio sobre la situación real del mejillón en la isla majorera durante el próximo 2026. El consejero destacó la importancia de evaluar la condición actual del recurso, tras veintiún años de veda prorrogada cada dos años desde 2004.
Según Quintero, el estudio debe abordar cuestiones como la medición de la distribución y densidad de las poblaciones de mejillón, la talla y el impacto del furtivismo, además de las condiciones ambientales y ecológicas de los hábitats en las que proliferan, así como sus condiciones de reproducción. “Será el estudio el que determinará si se puede abrir la veda y cómo hacerlo”, concluyó.
Fuerteventura: emplazamiento ideal para la recuperación del mejillón
En 2004, tras la prohibición de su captura y la pérdida de la especie, se iniciaron una serie de proyectos de estudio y medidas para su recuperación.
Estas investigaciones, coordinadas por el Grupo de Investigación en Acuicultura de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM), consistían en el análisis del ciclo reproductivo del mejillón, su supervivencia en sistemas de cultivo como longlines y la captación de semillas o larvas mediante métodos como el smartline, que contaban con la participación de Cofradías de Pescadores e instituciones canarias.
El diputado hizo hincapié en el estudio desarrollado por el Cabildo de Fuerteventura, iniciado en 2008, en el que se traía a Canarias una técnica comúnmente utilizada en países como Noruega para el cultivo del mejillón, conocida como método smartline. Este proyecto “abría una nueva posibilidad tanto a la recuperación de la especie como a su posible cultivo para propiciar su comercialización”, agregó.
Para concluir, Cabrera subrayó que “recuperar y respaldar iniciativas de este tipo es fundamental para favorecer la reintroducción del Perna perna en nuestras costas”.
Mario Cabrera propone iniciar un nuevo estudio para conocer y evaluar la situación del mejillón majorero