Todo por un puñado de likes. En los últimos años, el deseo de obtener la fotografía perfecta para redes sociales ha derivado en un preocupante aumento de comportamientos imprudentes en zonas de altísimo riesgo del litoral de Canarias. Lo que antes eran espacios respetados por su peligrosidad natural, hoy se convierten en escenarios de selfies temerarios que muchas veces terminan en tragedia.
A pesar de los avisos activos por fuerte oleaje, corrientes peligrosas y mar de fondo, se han registrado comportamientos imprudentes en puntos reconocidos por su peligrosidad, como el Charco de la Muerte (Tenerife), la playa de Las Burras (Gran Canaria) y recientemente en Aguas Verdes.
Una imagen difundida recientemente muestra a un individuo posando en pleno rompiente en Aguas Verdes, mientras el mar, claramente embravecido, azotaba con fuerza las formaciones rocosas del entorno. El incidente ocurrió en días de alerta por mala mar, lo que hace más evidente la imprudencia.
El entorno natural de Aguas Verdes, aunque visualmente atractivo, carece de vigilancia y señalización específica, lo que aumenta el riesgo para quienes deciden acercarse al agua sin conocimiento del comportamiento del océano.
La imprudencia ante el mar no es un asunto menor ni anecdótico. Según datos difundidos por la Asociación para la Prevención de Accidentes en el Medio Acuático «Canarias, 1500 Km de Costa», entre enero y julio de 2025 han fallecido 30 personas por ahogamiento en el Archipiélago, dentro de un total de 96 accidentes registrados en costas e instalaciones acuáticas.
Aunque la cifra representa una reducción del 27% respecto al mismo periodo de 2024 —cuando murieron 41 personas—, la organización advierte que el riesgo sigue siendo alto.