Ni siquiera el Estado de Alarma ha detenido a los furtivos.
Y dentro de toda esta vorágine, los cazadores de Fuerteventura han hecho público su hartazgo por la situación. Recientemente, los aficionados insulares han venido observando con preocupación la enorme cantidad de personas que han salido al monte a delinquir, no solo incumpliendo las normas de confinamiento, sino también actuando de forma ilegal.
Se quejan de acciones furtivas en varias zonas de los municipios de Antigua, La Oliva, Tuineje y Pájara. Según detallan, se trata de individuos sin licencia ni permiso, ya que la veda está cerrada y no hay campos de entrenamiento abiertos.
Los furtivos, a sus anchas
Tal y como bien ha recalcado el colectivo cinegético, a estos infractores no se les puede llamar cazadores (por mucho que insistan los animalistas) dan muy mal nombre a los aficionados venatorios mientras “campan a sus anchas” por el monte conocedores de las “nula vigilancia” que existe en la isla dentro del mundo rural.
En este caso, les corresponde a las autoridades públicas el cuidado de los espacios naturales y el control de la actividad, “y tienen las competencias y la responsabilidad de que nadie se crea intocable y piense que puede seguir infringiendo las leyes en las cuales están muy claras las prohibiciones y las responsabilidades”.
Aunque estos hechos corresponden a una minoría, ya que “el verdadero cazador protege el medio y ayuda a su conservación”, el colectivo ha reclamado mano dura contra los delincuentes furtivos.
Contudencia
Así, los cazadores han exigido a las autoridades competentes que hagan cumplir la ley. Para ello, reclaman que se pongan en marcha “recursos necesarios y se actué de manera contundente contra estas personas que, aun siendo reincidentes, no tienen el más mínimo recelo en repetir día tras día el furtivismo, alardeando en redes sociales de sus hazañas”.