El primer queso de camella de España es majorero. Dromemilk Camel Farm ha elaborado el este producto con denominación de origen canario. En pocos meses, la granja camellar de Oasis Wildlife Fuerteventura se convertirá en la primera de nuestro país en elaborar y vender este producto y otros derivados de la leche de camella, como yogures o cosméticos.
En el ensayo participaron el Dr. Bernard Faye, consultor y el mayor experto Internacional en Medicina Veterinaria para la Producción, Investigación y Desarrollo de Camélidos; y la Dra. Guakhar Konuspayeva, científica, asesora y profesora de Bioquímica en la Facultad de Biología de la Universidad Nacional de Kazajstán Al Farabi. Ambos han visitado la granja camellar en la isla para presenciar el estado avanzado de las instalaciones y mejorar las condiciones nutricionales de la leche, así como el manejo lechero de su ganadería.
Hasta ahora, hacer queso de camello es laborioso, difícil y tradicionalmente poco conocido. Esta primera prueba artesanal es muy alentadora. Para DromeMilk y Oasis Wildlife, la posible llegada de la leche de camella al mercado español es, sobre todo, una alternativa que contribuye a la diversificación de la agricultura y ganadería.
Además, la producción de leche de camella podría servir como impulso para la producción y comercialización de productos derivados de la leche de camella, que en última instancia se puede convertir en una palanca importante para la economía local.
Propiedades y posibles beneficios
El primer queso de camella de España es majorero. Procedente de la única raza de camello de Europa y autóctona de Canarias en peligro de extinción, sus propiedades y valor nutricional hacen de la leche de camella y de sus derivados, productos excepcionales.
La leche de camella destaca por ser un producto altamente digestible y con poco problemas alergénicos y, por lo tanto, recomendable para un parte importante de la población. Es de color blanco puro, con un sabor suave en comparación con la leche de oveja o cabra. Baja en grasas (4 %), rica en vitamina C (tres veces más que la leche de vaca) y sales minerales, sin lactosa. Esta leche consumida tradicionalmente por poblaciones nómadas desde Asia Central hasta Oriente Medio acumula cualidades nutricionales y digestivas. Mejor: la leche de camella es más sostenible que la leche de vaca o la leche vegetal porque requiere poca agua. Y si se produce en Fuerteventura, su huella de carbono es limitada.
Además, es la más parecida a la leche materna, es rica en omega 3 y contiene más sales totales, calcio libre, vitamina C y minerales como el hierro. Posee además un gran valor probiótico, pues contiene diversos microorganismos vivos que son beneficiosos, entre otras cosas, para la flora intestinal. Es rica en vitaminas del complejo B, incluso, podría convertirse en un complemento muy beneficioso para las personas con diabetes, ya que reduce los niveles de glucosa y contribuye a una mayor producción de insulina.
«Nunca podremos competir en cantidad con las vacas lecheras, pero aportamos un valor añadido. Nuestra leche es un alimento funcional», ha afirmado la directora gerente Guacimara Cabrera.
Diversidad genética
En el mundo hay unos 20 millones de dromedarios, pero los poco más de mil ejemplares de Canarias «van justitos» en variabilidad genética y en supervivencia como población. «Con estos incentivos contribuimos a evitar su extinción», ha dicho Cabrera. La producción de leche de vaca a nivel mundial ronda las 665 millones de toneladas anuales, mientras que la de camella se limita a 2,91 millones, el 0,39%.