Miles de jóvenes llegan a las costas canarias en busca de oportunidades que, en su país de origen, no logran encontrar. Movidos por hallar ese ansiado futuro mejor, arriesgan su vida a bordo de una embarcación en un viaje lleno de incertidumbre.
En el caso de los menores que llegan en solitario, la comunidad autónoma se hace cargo de su tutela, y a ellos se le ha de garantizar el acceso a la educación, que les podrá abrir puertas en el mundo laboral una vez hayan cumplido la mayoría de edad.
Precisamente con ese fin, la Consejería de Bienestar Social del Ejecutivo regional ha impulsado, en colaboración con el Servicio Canario de Empleo, un proyecto que pretende dar formación a 900 jóvenes migrantes (450 en la provincia de Las Palmas y 450 en Santa Cruz de Tenerife) durante este año. Los estudios estarán relacionados, en prinicpio, con los sectores de la construcción, la hostelería y la agricultura. El proyecto, que comenzó su andadura en enero y está destinado a chicos y chicas migrantes de más de 16 años, pretende instruir a estos jóvenes en sectores con una alta demanda de empleo para, así, favorecer la inserción laboral de estas personas.
Desde la Consejería se está trabajando para que a estos estudios se les pueda dar validez con un certificado de profesionalidad. Además, para favorecer la inserción lingüística de estos chicos, las clases estarán compaginadas con lecciones de español, ya que esto les ayudará a poder realizar los estudios de la mejor manera posible.
«Hay buenas expectativas con este proyecto», remarca el viceconsejero de Bienestar Social del Gobierno autonómico, Francis Candil. Todo ello, debido a que los jóvenes que residen en la red de acogida del archipiélago (compuesta por más de 80 centros) han demostrado «sus ganas de trabajar».
La aceptación de esta iniciativa no solo se nota entre los potenciales trabajadores. También ha despertado el interés de los empresarios, que han visto una oportunidad para cubrir los puestos de trabajo que, en estos momentos, no están ocupados. «Hemos recibido muchas peticiones por parte de las patronales de los diferentes sectores», explica Candil. Así, esta buena recepción los ha llevado a seguir estudiando posibles ofertas formativas con las que ampliar el catálogo.
Está bajo análisis la oferta de formación orientada a empleos relacionados con las tareas que se realizan en los puertos. En concreto, varias empresas que desempeñan su labor en Puertos de Las Palmas demandan mano de obra. Una de ellas es Zamakona, que ha propuesto al Gobierno de Canarias un plan de formación en empleos de gran demanda como calderería y soldadura. La formación se impartiría en varios bloques y la idea es que luego puedan quedarse y trabajar en las empresas portuarias.
A este sector se une el sanitario. «Desde Fuerteventura, por ejemplo, nos han reclamado trabajadores», comenta el viceconsejero, por lo que se espera incorporar estudios que estén orientados a este sector.
Requisitos
Para poder acceder a alguna de estas opciones, los migrantes tienen que tener los trámites para adquirir su documentación «avanzados», de tal manera que les permita poder ser contratados por las empresas interesadas.
Estas formaciones, como las de cualquier certificado de profesionalidad, están integradas por distintos módulos de contenidos y, de momento, muchos de los estudiantes adscritos a la iniciativa se encuentran en los inicios. En estos momentos se les está impartiendo el apartado de prevención de riesgos laborales.
En principio, según cuenta el viceconsejero de Bienestar Social del Ejecutivo autonómico, lo que interesa de esta iniciativa es que se les pueda dar la formación en el menor tiempo posible para que los chicos puedan acceder a un empleo en un plazo corto.
El reto que se quiere cumplir es que las formaciones estén dadas en un periodo de dos meses. Esto dependerá de los módulos por los que esté compuesto cada estudio. Además, corre más prisa en los casos de los jóvenes que están más cerca de cumplir los 18 años, puesto que, una vez dejan de estar tutelados por el Gobierno canario, se enfrentan al difícil acceso a un trabajo o a la vivienda.
Candil destaca la efectividad de iniciativas de este estilo, que ya se han desarrollado con anterioridad. En un proyecto precedente, en el que participaron 25 jóvenes, todos consiguieron trabajo en el sector hotelero como ayudantes de cocina, camareros y en la sección de limpieza. Así, se están cubriendo plazas en sectores con una alta demanda de mano de obra.
Para este proyecto se va a destinar, aproximadamente, una cuantía de dos millones de euros, uno para ejecutar la iniciativa en la provincia occidental y otro en la oriental.