La Asociación Tierra Bonita, que mantiene una ya larga batalla judicial por los fallos de la gestión de la emergencia volcánica de 2021 en La Palma, valora de manera positiva que el Cabildo de Tenerife haya dado el paso, importante, de organizar un simulacro de erupción volcánica el pasado 26 de septiembre en Garachico, ya que, “aunque parezca sorprendente en unas islas volcánicamente activas, es el primero que se lleva a cabo en Canarias”. Tierra Bonita ve “insuficiente” el simulacro de erupción volcánica para la población de Tenerife
No obstante, Tierra Bonita considera “insuficiente” este ejercicio para la inmensa mayoría de la población de Tenerife, que solo participó con la recepción de una alerta de móvil, sin ningún tipo de información práctica añadida sobre qué hacer en caso de una emergencia de este tipo ni se le ha dado recomendaciones imprescindibles y útiles.
Así, la asociación propone informar a toda la isla de protocolos de evacuación a diferentes escalas (insular, comarcal, municipal) y que se promuevan medidas como mantener escrituras y documentos de registros de propiedades en regla, contratar un seguro -con ayudas públicas para quienes no puedan costearlo- y garantizar información clara sobre riesgos volcánicos al comprar o registrar una vivienda.
Según el colectivo palmero, el simulacro -que incluyó el ensayo de una evacuación del centro histórico garachiquense- adoleció de un “exceso de espectáculo”, pensado para los medios de comunicación.
Para conocer los resultados del simulacro, la asociación registrará ante el Cabildo de Tenerife y otros organismos públicos un escrito en el que pide los informes y métricas que evalúen, desde un enfoque científico-operativo, en qué objetivos se acertó y en cuáles se falló.
También solicitaría la auditoría sobre el envío masivo de alertas a teléfonos móviles por el sistema Es-Alert, para conocer cuántas personas recibieron el día 26 el mensaje y cuántas no (ya que en las redes sociales hay testimonios en este sentido) y si hubo llamadas a los servicios de emergencia por parte de ciudadanos que no entendieron que era un simulacro.
LECCIONES NO APRENDIDAS DE LA PALMA
Cuatro años después, la asociación cree que “no se han aprendido las lecciones de la erupción de La Palma”.
Hay que tener en cuenta que la gestión de la emergencia del Tajogaite “es precisamente una referencia de lo que no se debe hacer, pues no se avisó a la población del desplazamiento del magma hacia el norte, lo que dejó a los primeros barrios afectados por la erupción indefensos porque no estaban informados de que estaban en zona de máximo riesgo”. Tampoco se realizó una evacuación preventiva general antes del inicio de la erupción en Cumbre Vieja.
Otro aspecto que la asociación considera esencial examinar en el ejercicio de Garachico es cómo se ha evacuado y rescatado a los animales, pues en La Palma se produjo una “auténtica masacre” por falta de planificación. “Tan nefasta fue la gestión que nunca se ofrecieron datos oficiales sobre animales salvados o fallecidos, aunque colectivos animalistas cifran en miles los que perecieron, tanto de granja como de compañía”, apunta Tierra Bonita.
EL PAPEL DE LA CIENCIA
La asociación pide asimismo evaluar el papel de la ciencia en este tipo de emergencias, de modo que esté “al servicio de la sociedad”. Y es que, en el caso del Tajogaite, la información científica disponible para el comité director del PEVOLCA, como los modelos de predicción de las coladas, “nunca fue compartida con la población cuando más lo necesitaba”.
En el caso del simulacro tinerfeño, Tierra Bonita echa en falta información pública de una descripción técnica del supuesto de erupción ensayado y de qué institución científica valida los modelos utilizados.
Tierra Bonita ve “insuficiente” el simulacro de erupción volcánica para la población de Tenerife