Pedro Sánchez anunciará su decisión final a las 12:00 de la mañana en el complejo de La Moncloa. Será una declaración institucional en la que no se realizarán preguntas.
Sánchez se dio la semana pasada un plazo de cinco días para reflexionar sobre su futuro, un parón inédito para un gobernante desde que se restauró la democracia en España.
Sánchez no ve a sus ministros desde el miércoles, cuando publicó por sorpresa una carta dirigida a la ciudadanía en la que anunciaba que despejaba su agenda pública durante unos días para reflexionar sobre si merece la pena continuar al frente del Gobierno. En el mismo texto señalaba que este lunes comparecería ante los medios para comunicar su decisión.
El detonante de esta crisis fue la denuncia presentada por la organización Manos Limpias contra la esposa de Sánchez por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios, debido a sus relaciones con empresas que han recibido fondos públicos.
Ese mismo miércoles se supo que un juez de Madrid decidió abrir diligencias previas a raíz de esa denuncia y Sánchez salió al paso en la sesión de control al Gobierno. Sin que nadie le preguntase expresamente por ese asunto dijo: «En un día como hoy y con las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la Justicia de mi país, en su autonomía y en su independencia». Horas después, esa misma tarde, publicó la carta en su cuenta de X (antiguo Twitter).
Atropello grave y burdo
En el texto denunció una campaña contra él y su entorno que lleva meses perpetrándose y señaló directamente a los líderes de PP y Vox Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, a quienes acusa de «sobreactuar». «En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias», señaló.