Una familia de Fuerteventura todavía se encuentra recuperándose del drama que les ha supuesto el intento de usurpación en su vivienda vacacional. Fuerteventura está de moda en vacaciones y la popularidad de las viviendas vacacionales durante el verano no pasa desapercibida por los ocupas, los cuales aprovechan este auge para llevar a cabo todo tipo de estafas y engaños con el objetivo de hacerse con las viviendas.
La pesadilla se remonta a esta semana. Dos personas de Gran Canaria eligieron esta vivienda para disfrutar de unos días de vacaciones mediante una reserva realizada por el portal BOOKING. Para efectuar la reserva enviaron sus documentos nacionales de identidad y pagaron la cuantía mediante tarjeta de crédito, hasta ahí siguieron los cauces habituales. Cuando llegaron a la casa, y habiendo realizado correctamente todos los trámites, hicieron uso de las llaves del cajetín. Sin embargo, el día de la salida, las vacaciones de estos huéspedes no querían terminar. Llegado el momento, no salieron de la vivienda ni entregaron las llaves y decidieron pasar de ser turistas a okupas para lo que incluso cambiaron la cerradura de la puerta. A partir de ese momento, la familia puso en conocimiento de la Policía Nacional lo ocurrido y tras muchas horas de tensión lograron que voluntariamente abandonaran la vivienda.
La sorpresa de la familia fue mayúscula al comprobar que los presuntos huéspedes, ahora convertidos en okupas, resultaron ser tres jóvenes que nada tenían que ver con los datos registrados en BOOKING. A esta estafa documental se suma que excedieron el número de ocupantes, que además reorganizaron el mobiliario de la vivienda en la que fumaron estando explicitamente prohibido y que «no tenían ninguna intención de abandonar nuestra casa, plantando cara a todos los que estábamos allí y negándose a salir,» según revelan los propietarios.
Los afectados alertan a los propietarios de viviendas vacacionales de que esta estafa, según fuentes policiales, está siendo habitual a nivel nacional. A través de la plataforma BOOKING, que debe ser responsable del huesped hasta que abandona la vivienda, deben cerciorarse de que sus alojamientos se encuentran en perfecto estado y en caso contrario, «reclamar a la plataforma los daños causados, ella se ocupará a través de su aseguradora de que los inquilinos tengan que asumir los costes»
Ante las peticiones de pagos por daños, desde BOOKING aseguran que «en caso de que se produzcan daños en el alojamiento durante la estancia, solo tienen que informarnos y nos encargaremos de pedir al huésped que pague».
Hacer de la ocupación un estilo de vida
El mercado inmobiliario de Canarias observa con preocupación los últimos datos del Ministerio del Interior, que reflejan que el archipiélago es una de las tres regiones españolas —junto con Asturias y Baleares— en las que la ocupación ilegal de viviendas —fenómeno okupa— no solo no ha descendido, como en el conjunto de España (-12%), sino que se ha incrementado en algo más de un 7%.
Bajo esta premisa, los okupas ingresan a la vivienda avalados, en principio, por una reserva efectuada a través de la plataforma de reservas en línea de alojamientos, BOOKING. Para ello proporcionan una reserva ficticia, de esta manera la entrada en la casa parece estar justificada, cuando, en realidad, en estas situaciones, la reserva presentada es completamente falsa.
El okupa infringe siempre el artículo 245 del Código Penal (CP), delito que establece que a aquel que ocupe, sin la debida autorización, un inmueble, vivienda o edificio ajeno que no constituya morada, o se mantenga en ellos contra la voluntad del propietario, será sancionado con una pena de multa de tres a seis meses.