LA PROVINCIA hereda, continúa y extiende en la actualidad hasta el ámbito digital la historia de los periódicos. LA PROVINCIA, cuya primera edición vio la luz el 1 de mayo de 1911, y “Diario de Las Palmas”, que salió a la calle por vez primera el 1 de diciembre de 1893 y se integró en la cabecera del anterior con la llegada del siglo XXI, el 1 de enero del año 2000. La víspera, el 31 de diciembre de 1999, ambos periódicos concurrieron a los quioscos de las ciudades y pueblos de Canarias por separado por última vez. LA PROVINCIA tuvo una primera etapa entre los años 1911 y 1955, ejercicio en el que recién adquirido por Editorial Prensa Canaria dejó de salir a la calle debido a que la empresa apostó entonces por concentrar los esfuerzos en “Diario de Las Palmas”.
Antes de que entre 1955 y 1966 LA PROVINCIA pasara esos once años en el dique seco, el único antecedente para renunciar a su cita con los lectores se había producido durante los quince meses comprendidos entre el día 1 de julio de 1939 y el 12 de octubre de 1940, a causa de los rigores de la posguerra: control férreo de la prensa y concentración de recursos materiales, fundamentalmente el papel, en el diario “Falange”, que era proclive a  los vencedores en la contienda civil que había concluido apenas tres meses antes. De hecho, el periódico “Diario de Las Palmas”, que cerró ese mismo 30 de junio de 1939, no volvería a publicarse hasta la jornada del 29 de abril del año 1953.
La segunda etapa de LA PROVINCIA se  inicia el 18 de diciembre de 1966. Fue la primera publicación que se acogió a la ley de Prensa e Imprenta de ese mismo año, elaborada por el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, que sustituía a una norma anterior, diseñada en 1938, en plena Guerra Civil. Ahora se abría relativamente la mano a la divulgación de ideas tras años de intenso control por parte de las autoridades políticas franquistas. Con todo, la censura sobrevenida, la que suponía la retirada de los ejemplares que se encontraban a la venta, continuaba. Y se aplicaban fuertes sanciones. Para los editores y periodistas no era una tarea fácil trabajar así. Y el tiempo no tardaría en demostrarlo, con secuestros y expedientes administrativos, hasta cinco, contra la publicación en el transcurso de apenas un mes. Aun así aguantó.
LA PROVINCIA nació en 1911 debido a que la población de Las Palmas de Gran Canaria consideraba que la capitalidad única en Santa Cruz de Tenerife perjudicaba a su progreso y optó por impulsar la división de la región canaria en dos provincias. Estas rivalidades insulares propiciaron que la cabecera pronto lograra ese objetivo, sólo dieciséis años después, en 1927. El periódico siempre ha estado junto a sus ciudadanos, y éstos con él, desde la consecución de la división provincial en la primera mitad del siglo XX hasta las contribuciones realizadas por ese binomio sociedad-LA PROVINCIA a la conquista de la democracia, el Régimen Económico y Fiscal singular del Archipiélago, que hunde sus raíces en los acuerdos de anexión entre los aborígenes isleños y los Reyes Católicos, el actual modelo de Estado autonómico, la expansión de los grandes pulmones económicos del puerto de la Luz y del aeropuerto de Gando, ahora de Gran Canaria, la construcción de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la singular integración en la entonces Comunidad Económica Europea, ahora Unión Europea, y al reconocimiento de su ultraperifericidad, lejanía e insularidad en el catálogo de las normas comunitarias vigentes.
Sin embargo, el proyecto periodístico aquí surgido no se quedó en Canarias. Ahora que tanto se habla de las necesidades de internacionalización o globalización de las empresas en el conjunto de España y de la UE, de la necesidad de salir al exterior, cabe hacer memoria y recordar que LA PROVINCIA y “Diario de Las Palmas”, las cabeceras de Editorial Prensa Canaria, fueron, de la mano de los editores que apostaron en 1978 por la continuidad de ambas y por su expansión, Javier Moll de Miguel y Arantza Sarasola, pioneras en exportar al resto de España un modelo de acción periodística plural y cercano a los ciudadanos del territorio en el que se editaba a la vez que independiente. Los periódicos de Editorial Prensa Canaria fueron el germen de Prensa Ibérica, uno de los mayores grupos de prensa regional del país.
Las Palmas de Gran Canaria conmemoraba en 1978 cinco siglos desde su fundación por los castellanos. El 6 de diciembre, el mismo día en que los españoles votaban la Constitución, Editorial Prensa Canaria cambiaba de propiedad. Es el momento en el que el abogado y economista Javier Moll de Miguel, presidente de Prensa Ibérica, se sitúa como vicepresidente y consejero delegado de Editorial Prensa Canaria. El presidente era Niceto Flores Ganivet. Moll de Miguel, Niceto Flores y dos periodistas de la entidad, Guillermo García-Alcalde y Juan Ignacio Jiménez Mesa, junto a otros colaboradores, se disponen a hacer posible en apenas seis años el salto de una compañía genuinamente canaria a la Península. Todo esto en un tiempo en el que la lejanía, la fragmentación en islas y las singulares circunstancias del Archipiélago no hacían nada fácil la labor.
Primero, consolidan los fundamentos, la esencia, de lo que será el proyecto informativo de Editorial Prensa Canaria, y más adelante de Prensa Ibérica. En La Provincia y “Diario de Las Palmas” se apuesta por un ideario marcado por el imperativo de convertirse en “órganos objetivos e independientes de información general, orientados a servir a la opinión pública los diferentes aspectos de la información y, de modo muy singular, los relativos a la vida regional, provincial e insular”. Es en Canarias, en este archipiélago alejado de casi todo, donde se sientan a finales de los años 70 del siglo pasado las bases de lo que hoy es Prensa Ibérica.
Así, en el año 1984, los periódicos de Editorial Prensa Canaria fueron el germen de Prensa Ibérica, uno de los mayores grupos de prensa regional del país. Fue en ese ejercicio cuando se produjo la primera fase de la expansión de la compañía isleña en territorio peninsular al acudir a la subasta de los medios de comunicación social del Estado y proceder a la adquisición de “La Nueva España”, de Asturias, “Levante/El Mercantil Valenciano”, de Valencia, e “Información”, de Alicante. Más adelante vendrían “Faro de Vigo”, “La Opinión de Murcia”, “Diario de Mallorca”, “Diario de Ibiza”, “La Opinión A Coruña”, “La Opinión de Tenerife”, “La Opinión de Zamora”, “Diari de Girona”, “La Opinión de Málaga”, “Regió 7”, “Superdeporte” y “El Deportivo”. En total, catorce diarios de información general y dos de noticias deportivas. A ellos se suman otras publicaciones de carácter semanal como “Magazine”, “Mallorca Zeitung” –un periódico en alemán editado en Baleares– o “Empordá”, semanario de información comarcal con sede en la localidad de Figueras.
Con el tiempo, a la diversificación territorial de la actividad de Prensa Ibérica acompañaría la modernización de las plantas de impresión asociadas a los diarios –Artes Gráficas del Atlántico, en Canarias– y la gestión de potentes redes de distribución de la prensa tradicional –Totaldis– y la creación de Alba Editorial para apostar por la difusión de escritores clásicos, muchos de ellos poco conocidos, deliciosamente traducidos al castellano. Luego vendría la apuesta audiovisual de la mano de radios y productoras locales de televisión y ahora se avanza de forma imparable a través de internet y las redes sociales, donde parte de los profesionales del grupo prosperan en sus procesos de adaptación o se desenvuelven ya como nativos tratando de ofrecer el periodismo total que demandan nuestros tiempos.
Primero vino la integración de la ya vieja redacción digital al día a día de LA PROVINCIA / Diario de Las Palmas, posteriormente la transformación de los procesos de trabajo del conjunto de redactores, fotógrafos y diseñadores a un periodismo multimedia muy cambiante sobre el que ahora intentamos profundizar. El objetivo está marcado: queremos compartir con el conjunto de nuestros lectores, cualquiera que sea el soporte en el que prefieran seguirnos, buena parte de las posibilidades del periodismo que se avecina de la mano de una serie de nuevas y potentes herramientas tecnológicas y audiovisuales que ya vislumbramos y que, con total certeza, cambiarán la forma de elaborar la información en los próximos años y contribuirán a potenciar los contenidos que hemos abordado siempre.
En 1992 se fundó Artes Gráficas del Atlántico (AGA), una de las mayores plantas de impresión del Archipiélago, dotada de modernas maquinarias que hacen posible una línea de trabajos periodísticos, entre los que se encuentra la elaboración junto a LA PROVINCIA / Diario de Las Palmas de periódicos nacionales e internacionales o la exclusiva revista “¡Hola!”, y otra de carácter comercial para aquellas empresas que necesitan apoyarse en el papel impreso para la difusión de sus productos y ofertas. Mucho antes de las rotativas que ahora trabajan día y noche en las instalaciones de la Zona Industrial de Arinaga, en el este de Gran Canaria, ya las máquinas de impresión –modernas en su tiempo y ahora piezas de museo– que usaban ambos periódicos en Las Palmas de Gran Canaria hicieron historia en Canarias y contribuyeron a fortalecer el escuálido tejido industrial de este archipiélago. La apuesta por la vanguardia tecnológica se mantiene aún liderada por el consejero delegado de Prensa Ibérica, Aitor Moll Sarasola, impulsor de un proyecto que aspira a mantener en valor el periodismo que hemos conocido hasta ahora para potenciar además su desarrollo y expansión en soportes multimedia, digitales y audiovisuales. n