Talleres Palermo acogió a los 14 guionistas que durante estos seis meses han disfrutado y trabajado de una experiencia novedosa en el panorama audiovisual isleño en una ceremonia, presentada por Magaly Cáceres y Leo Santisteban, que reconoció su talento innato. Junto a la autora catalana, recogió el Premio DAMA + CIIF Market a Mejor guion de serie Carolina Daza por Non Trubada, también con un montante económico de 1.500 euros. Una ficción que basa las aventuras en la isla de San Borondón como portal, relacionado con la ciencia ficción, para llegar a otros mundos desconocidos y paralelos.

Después, el Premio Filmarket Hub, del mercado audiovisual online de referencia, fue a parar al Mejor guion de largometraje a Pagar el cubierto, de Almudena Vázquez. Una divertida comedia romántica que sitúa a Eva y a Rodrigo en el marco de una generación precaria que pretende solventar sus problemas organizando una boda en la playa de las Teresitas, en Tenerife, con el fin de que los invitados paguen su futuro, aunque los estafen.

Más premios

En cuanto al Premio Filmarket Hub a Mejor guion de serie fue para Sotavento, de Nuria Cabello. La trama está situada a una semana de que empiece el Campeonato del Mundo de Surf de Fueretventura. Viky Rivera y Rosaura Jansen son dos guardias civiles que han de descubrir qué ha ocurrido con la aparición de un brazo sin dueño. Una serie de secuestros y desapariciones alienta la pesadilla.

En cuanto a la Mención Especial del Mejor guion canario, cayó en Fernando D. Umpiérrez por Entre el fuego y las estrellas. La erupción del volcán Tajogaite es telón de fondo para que el espectador conozca a Paula. Una carterista adicta a la heroína que sobrevive en los suburbios de Madrid y cuya vida da una vuelta de tuerca al enterarse de que su padre, al que creía fallecido, acaba de morir dejándole una casa rodeada por la lava. Por este motivo, habrá de viajar a la Isla Bonita para reclamar su herencia a la vez que se enfrenta con el feroz carácter de Maximiliano, un pastor de cabras que era el mejor amigo de su progenitor.

El jurado, compuesto por profesionales con una amplia y reconocida trayectoria en el sector, estuvo formado por Carmen Ortiz, Ángela Obón, Valentina Viso y Roberto Doveris.

A su vez, los trabajos fueron tutorizados durante el proceso de creación e investigación por Curro Royo, Jordi Calafí, Virginia Yagüe, Lola Mayo, Ana Sanz-Magallón y Marta Sánchez, veteranos del ámbito audiovisual que aportaron su granito de arena a la mejora de las ideas que fueron seleccionadas entre más de 200 trabajos que llegaron a la primera convocatoria de la propuesta auspiciada por el Gobierno de Canarias con el fin de fomentar la parte creativa del sector que conoce a las Islas por la idoneidad de sus localizaciones, clima e incentivos fiscales.

INCIERTA GLORIA

Echando la vista atrás, abril queda bien lejos. Me parece increíble haber entregado una primera versión de largometraje en menos de seis meses y eso ya es motivo de celebración. Como decía Diana: “El tiempo es otro”. IsLABentura es una alteración de la percepción temporal que además genera el sentimiento de una incierta gloria por haber llegado.

Es incierta por muchos motivos. En primer lugar, porque escribir un largometraje en solitario puede generar miedos terribles. Hay confrontación directa con la confianza, la estima y la seguridad. En cada página hay dudas. También es ambigua porque aquí no se acaba el camino: toca prepararse el pitch y exponer la idea ante productoras, y además, la escritura no termina aquí. Pero, por encima de todo, la gloria es discutible porque significa que la aventura está a punto de acabarse.

Habrá cantidad de proyectos y espacios dedicados a la creación que sean de lo más fructuosos, aunque esta edición es indescriptible. Es un regalo haber conocido un equipo —sumando organización, participantes y colaboradores del proyecto— que brilla con luz propia, a la vez que desarrollaba una idea significativa para mí.

Ahora, es gloriosamente cierto que queda el pitch. Es un poco el elefante en la habitación, porque el hábitat natural de un guionista reside delante de un teclado, en un espacio solitario, más que el del escenario ante productoras. Pero hay que prepararse y emocionarse por romper con lo más cómodo y común. Es excitante tener la oportunidad de contar nuestras historias para que sean transformadas en imágenes y sonido.

También es gloriosamente cierto que nos volveremos a ver, abriendo las compuertas de magníficas charlas, creatividad, humor y risas constantes.

Como arranca un poema precioso de Sylvia Plath, “No es fácil expresar lo que has cambiado.” Y tampoco lo es plasmar qué supone este maravilloso viaje en todos los sentidos.

Fuente: La Provincia