Cuando por la puerta de tu vida entra la enfermedad del cáncer sabes que el pelo (en la mayoría de las ocasiones) se va a caer con el tratamiento. ‘No pasa nada, es lo de menos, el pelo vuelve a crecer’, se dice con la mejor de las intenciones. Pero sí que pasa, y no es nada frívolo llorar porque tu melena cae al suelo, porque el pelo es parte de tu identidad. En muchos casos no verse calvas –y hablo en femenino porque el mayor impacto lo tienen las mujeres y niñas– no sólo es imagen sino salud, salud mental.
Para paliar los efectos de la quimioterapia, así como para las personas que sufren alopecia, la iniciativa privada Mechones Solidarios Fuerteventura continúa recordando la importancia de las donaciones de pelo.
Mechones solidarios’ confecciona pelucas de pelo natural y personalizadas para personas con problemas de alopecia y que están en tratamiento de quimioterapia.