Miles de personas peregrinaron este viernes en Fuerteventura para visitar a la Virgen de la Peña. Un año de espera para uno de los días más emocionantes que se han podido vivir en Fuerteventura. Una cita que ha contado con una notable asistencia, muy superior a lo vivido en el año 2020, pero que se ha desarrollado con total fluidez y normalidad.
Se trata de la festividad lúdico-religiosa más importante de Fuerteventura que se celebra cada año, el tercer sábado de septiembre, en honor a la patrona de todos los majoreros, la Virgen de la Peña. En este día se ponen de manifiesto la devoción popular y las tradiciones culturales.
El ayuntamiento de Betancuria ha instalado un pequeño Mercado de Productores Locales que también ha hecho las veces de zona de descanso y refrigerio. Además, se han instalado varias carpas con mesas y sillas para dar respiro a las familias que, en su mayor parte, han elegido este año como compañero de ruta a sus padres, primos o hermanos.
También ayer durante la celebración del Pregón se cumplió con todas las medidas de seguridad necesarias debido a la situación epidemiológica de la Isla, con un aforo limitado dentro de la iglesia, entre otras restricciones. Sin embargo, ni siquiera la pandemia ha sido capaz de borrar la devoción hacia la Virgen, que tras un año de parón en las celebraciones debido a la pandemia, ha podido volver retomarse. Ahora solo toca esperar que en 2022 pueda recuperarse con todos los matices que el coronavirus ha obligado a suprimir.
La ruta de este viernes ha llevado a majoreros del norte y del sur hasta la Vega de Río Palmas para honrar a la Patrona de Fuerteventura, pero cuyo final se encuentra en una cola que transcurría con agilidad para abandonar la zona y dejar paso a otros peregrinos. Respeto y devoción, peticiones relacionadas con la salud y el anhelo de que el Covid19 nos abandone cuanto antes han sido las palabras más comentadas.
De paso, peregrinos, visitantes han podido disfrutar de la Misa del Peregrino emitida a través de Mírame TV Fuerteventura en directo. Aunque este año se ha recuperado la tradición, la pandemia del coronavirus sigue alterando las condiciones en las que se hubiera hecho esta peregrinación si el virus no hubiera estado presente. La misa, con aforo limitado, ha permitido que los peregrinos pudieran seguir visitando a su Patrona.