La repentina suspensión de las actividades de las veinte ludotecas – y van cuatro desde que comenzó la pandemia – ha generado mucho malestar entre las familias usuarias. Los propietarios de parques y centros infantiles han salido a mostrar su disconformidad en varias ocasiones. La medida atenta de lleno contra la pervivencia de este sector y deja a las familias sin redes de apoyo para poder desempeñar una vida laboral necesaria.
Los propietarios de las Ludotecas de Fuerteventura recibieron la noticia el pasado jueves, coincidiendo con el cambio de fase a Nivel 3, la actividad quedaba suspendida, el cierre debía ser inminente y sin tiempo para poder organizarse. Les han anunciado que hasta la próxima semana no volverán a abrir las puertas – a no ser que realicen campamentos de verano. Ni siquiera han servido las continuas adaptaciones en los locales que han supuesto una inversión de miles de euros, o el hecho de que ninguno de los centros afincados en la isla halla registrado contagios.
El pasado mes de marzo, 14 ludotecas y parques infantiles de Fuerteventura, iniciaron la concentración de protesta por el cierre de sus centros ya que el nivel en el que se encuentra la isla no les permite la apertura.
Una campaña iniciada en change.org por Parques y Ludotecas de Fuerteventura pide al Gobierno de Canarias que reconsidere su decisión de cerrar los campamentos de verano en las islas que alcancen el nivel 4 de alerta sanitaria. A esta medida, se ha unido Coalición Canaria de Tenerife que ha mostrado su rechazo al cierre ante el posible endurecimiento de las restricciones en la isla, tal y como lo anunció este lunes el presidente regional, Ángel Víctor Torres, que advirtió del cambio si la situación epidemiológica evolucionaba desfavorablemente, lo que ha ocurrido en estos días.
En el escrito, se apunta que los campamentos de verano son «una necesidad básica» para las familias que trabajan. «No se trata (como algunos piensan) de un espacio para jugar y entretener a los niños en verano: es un servicio fundamental para la conciliación laboral y familiar. Si el Gobierno de Canarias cierra los campamentos de verano, miles de familias se encontrarán con un verdadero problema, porque no tienen con quien dejar a sus hijos durante su jornada laboral», continúa.