Fue en Gran Tarajal que Nina tuvo la idea siendo aun muy joven de crear una de las primera floristerías en la zona. Desde entonces ha vestido, mimado y engalanado los momentos más importantes de la vida de sus vecinos. Su madera de comerciante, su pasión por las flores y por la moda  no solo la atrapó a ella, toda la familia ha sabido apreciar  y amar este trabajo con convicción.

El festivo de Todos los Santos es una de las fechas de mayor actividad en la floristería Nina. Su sector, que se ha visto sacudido por el alza de los precios, encara esta campaña con la esperanza puesta en que las ventas no se vean afectadas por dicho encarecimiento, que también ha llegado a algunas especies, varias de ellas bastante demandadas para honrar a los difuntos que descansan en los cementerios. El gasto medio por cliente ha aumentado, pero los vecinos se niegan a perder esta tradición.

Llevar flores a los difuntos en noviembre supone una manera de honrar su memoria. Una costumbre arraigada en los majoreros que se mantiene estos días, pese a la importación de tradiciones extranjeras. Las inmediaciones de todos los cementerios se convierten hoy en un hervidero de personas. La Floristería Nina registra una importante actividad, apenas tienen tiempo para responder a las preguntas de Onda Fuerteventura. Se trata de jornadas intesas que acaban de madrugada para cumplir con todos los clientes que se trasladan hasta Gran Tarajal para recoger sus ramos. Nina y su familia depositan personalmente las flores en sus vehículos y evitan esperas a muchos mayores.

Asegura que el encarecimiento que han experimentado algunas flores no ha repecutido, por ahora, en la demanda. Al fin y al cabo, es un gasto que se realiza en una fecha concreta. «Las flores para los difuntos no se compran todo el año, sólo ahora, por eso la mayoría de la gente no se queja «, afirma Nina.