José Antonio Fajardo procede de Fuerteventura y reside en Las Palmas de Gran Canaria. Desde que en 2009 se embarcara por primera vez en una gira por la península, su carrera no ha hecho más que madurar hacia lo intransferible; proyectada a lo largo de varios sencillos y splits, un EP y dos álbumes el último de los cuales, ‘Arrullo magnético’ de 2015, es una obra maestra.

Fajardo ha desarrollado una dicción y un (no) control de su propia voz fuera de todo alcance comparativo. El majorero lo ha dejado todo al margen y es capaz de embargar su propio cuerpo, de disponer la palabra al servicio de unas canciones que persiguen verdad por todas partes. Desde la visceralidad hasta la delicadeza más jonda, la voz de Fajardo enfunda su propia estampa compositiva de forma hermosa y necesaria. Como cauce para el arroyo, las piezas viven de otras mitades complementarias.

Dichas tablas aplican en igual medida al acuñe compositivo, con un discurrir métrico que resulta tan preciso como natural, y unas estructuras en las que muestra y esconde según demande el discurso. Tensión y dulzura, suspense y reposo en canciones tan complejas en lo armónico como sencillas para la percepción del oyente (difícil empresa). Aunque, si bien medida y austeridad puedan funcionar como antesala formal, llegar a dar con el contenido es otra cosa… Ahí se transluce toda una pátina de emociones. Un arco iris que redime solemnidad, que se difunde desde la sinceridad y que, poco a poco, va conformando formas estéticas esenciales.

Mariana nace en Tenerife y no tuvo que hacer ningúnesfuerzo por acercarse a la música. En el plato giraban cada día Simon&Garfunkel, Fleetwood Mac y Tracy Chapman. Sus padres versionaban boleros incansablemente en cada sobremesa. Un día, con 7 años, Mariana tomó el relevo y les presentó en una de ellas su primera composición: «Agua, plátano, guitarra».

Al ver que había margen de mejora, continuóexplorando el instrumento acústico de manera autodidacta. En el camino descubre a música de John Mayer, Ben Howard, Daughter y Bon Iver, y la guitarra sigue empeñándose en convertirse , de manera natural, en una parte más de su cuerpo.

En 2018 comienza a dar su primeros concierto en solitario y a participar en distintos festivales culturales.( United IFF, Music Freedom Day)

Surgiendo el entendimiento entre guitarra y voz, que parecen no querer ser la una sin laotra, sus composiciones tratan de poner la honestidad en el centro. Sus letras, hechas con esmero y paciencia, son reflejo de la observación constante de su entorno, Así, trata de extraer aprendizaje del cambio, del tiempo o del duelo.

Con Diego Hdez al frente de la producción y como compañero entusiasta del imaginario folk, Mariana graba siete canciones que componen el EP. El 12 de mayo de 2020 se publica con el sello Discos Delejos, en formato digital » A partir del Final».