Hace 27 años, Pedro Gópar Rodríguez, casado, con cuatro hijos y con toda la ilusión del mundo, decide montar TRANSGORO, su propia empresa de transporte.
Utilizando camiones y maquinaria de segunda mano comenzó esta aventura, en la que el propio Pedro tuvo que ejercer de encargado, chofer, maquinista y hasta relaciones públicas. Fue un primer año muy duro, pero poco a poco este esfuerzo fue dando sus frutos hasta convertirse en la empresa que es hoy.
Transgoro, cuyo significado es Transportes Gopar Rodríguez, no es sólo una empresa familiar por tener a toda la familia trabajando en ella, sino por tratar a todos sus trabajadores como si de familiares se tratase.
Como aseguran ellos, Pedro es un jefe exigente, pero cumplidor. Con genio, pero que nunca ha dejado de pagar una nómina, lo cual dice mucho de su persona.
Siempre ha sido un buen previsor y ha sabido anticiparse a las cincurstancias, invirtiendo e innovando cuando ha visto la oportunidad. Le gusta arriesgar y ve el negocio donde otros no ven nada.
Empezó a trabajar a los 14 años y desde entonces no ha parado, es por eso que a día de hoy no duda en subirse a un tractor, manejar una grúa o meterse debajo de un camión si necesita una reparación. No hay trabajo que se le resista.
Su pasión, aparte de las obras, son los coches antiguos, un hobbie que reconoce es muy caro, pero que no puede dejar de lado.
Por su tesón, trabajo duro y visión de negocio han logrado ser valores ejemplarizantes en la isla majorera, y por ello, dignos merecedores de recibir el Premio Onda Fuerteventura en la categoría ‘Empresario’.
