El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villarroya, ha dimitido este sábado ante el escándalo provocado por la noticia de que él mismo y otros mandos militares a sus órdenes se habían vacunado ya de la covid-19 pese a no formar parte de los grupos de inmunización prioritaria. El hasta ahora jefe de la cúpula militar ha remitido una carta a la ministra de Defensa, Margarita Robles, en la que solicitaba el cese a petición propia (equivalente a la dimisión de los militares en activo) para “no perjudicar la imagen” de las Fuerzas Armadas. Robles ha aceptado el cese, que debe aprobar el martes el Consejo de Ministros, según fuentes de su departamento.
En la misiva, el general Villaroya defiende la decisión de vacunarse tanto él como otros militares destinados en el Estado Mayor de la Defensa (Emad) que no forman parte de los grupos prioritarios para la inmunización. Asegura que, “en el cumplimiento de sus obligaciones, de acuerdo a los protocolos establecidos y con la única finalidad de preservar la integridad, continuidad y eficacia de la cadena de mando de las Fuerzas Armadas” había tomado “recientemente decisiones que considera acertadas”, pero que están “deteriorando la imagen pública” de los ejércitos y “poniendo en duda” su “propia honradez” personal. Aunque subraya que “nunca ha pretendido aprovecharse de privilegios no justificables”, pide su cese como Jefe del Estado Mayor de la Defensa, “con la conciencia tranquila” y para “no perjudicar la imagen” de las Fuerzas Armadas, según una nota del Estado Mayor de la Defensa.