Beatriz Zimmermann, madre de Anna y Olivia, las dos pequeñas asesinadas presuntamente por su padre Tomás Gimeno, ha escrito una carta en la que ha tenido palabras de agradecimiento a todas aquellas personas que han estado «en corazones y rezos» con las niñas y con ella. Además, ha destacado que se conozca el significado de la ‘violencia vicaria’ como consecuencia de la muerte de las pequeñas y espera que a partir de este trágico suceso las leyes «se pongan más duras protegiendo a los niños». Además, pide que el 27 de abril, día de la desaparición de sus hijas, se conmemore el Día Nacional del Niño.
«Con todo el dolor de mi alma, les quiero escribir una carta de agradecimiento.
A todos ustedes que han estado en corazones y rezos con ellas y conmigo
acompañando todos los días desde que desaparecieron, ofreciendo todo el amor y
ayuda para que tuviera un final feliz.
Desgraciadamente no fue así, sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una
persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos.
Deseo que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano. Y que aunque ahora
sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al
mundo sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de
protección, educación y respeto.
Gracias a ellas, muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho
más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que
tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo… Ese simple acto ahora
mismo es lo que más desearía…
Gracias a ellas se conoce el significado de la violencia vicaria. Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen porque cargar con esa
mochila, y si el amor se acaba lo más importante es el bienestar de los hijos.
Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no
pueden estar creciendo viendo violencia.
Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de
respeto, paz, amor y tranquilidad…
Ellas son ahora dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida… Y yo… siendo su madre, voy a luchar en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños.
Anna y Olivia estaban llenas de amor, todos los días yo les decía a cada momento que
las amaba muchísimo…
A Olivia le decía; Olí tengo un problema, ella me respondía; si mami, ya lo sé…Que me quieres demasiado. Y ella sonreía.
Los niños son nuestra responsabilidad y yo como madre me duele en el alma no
poderles haber salvado la vida. Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas
de la mano y morir juntas… Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera
buscándolas sin descanso y de por vida.
Esa fue la razón por la que dejarme a mi con vida … Y por supuesto, el no quedar como
el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz.
Gracias a toda la energía enviada en este caso tan desgarrador, gracias a todo el amor
que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia. Y que la verdad se conociera.
Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima, y por muy duro que sea por
lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento; sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto…
Debería de existir el día nacional del NIÑO. Todos los 27 de abril, para recordar que
ellos son, junto a las personas mayores, nuestro principal cometido de dar amor, apoyo
y educación. No olvidar que dependen de nosotros y que confían plenamente en
nuestro amor hacia ellos. Tenemos una responsabilidad…
Deseo que la muerte de las niñas sirva para crear mayor consciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos, en valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la
cabeza en otros asuntos sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran.
Olivia y Anna, ahora los angelitos de los niños, piden que les den todo el amor a sus
hijos, dedicación, respeto, y que se les inculquen valores para un mundo mejor.
Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre,
ayudando a tener más conciencia, amor y respeto por nosotros. La gran mayoría de las
personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la
compasión y el dolor.
Gracias de todo corazón;
Beatriz; mamá de Olivia y Anna. Los angelitos.