Jenner, el descubridor de la vacuna, murió tal día como hoy hace dos siglos

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Hoy, 26 de enero, la humanidad tiene la vista puesta en la vacuna, o más bien, diferentes vacunas para luchar contra la covid-19 y que de alguna manera consiga, salvar, o al menos, no arruinar  el mundo. Sin embargo, tal día como hoy, hace dos siglos fallecía Edwar Jenner, el inventor de la vacuna contra la viruela, cuyas investigaciones cambiaron la historia de la medicina para siempre.
Durante su etapa de formación en Sodbury, Inglaterra, Jenner escucharía una frase de una ordeñadora de vacas que se convertiría en la pista imprescindible de sus hallazgos: «Yo nunca tendré la viruela porque he tenido la viruela bovina».
Tras concluir sus estudios en Medicina, el científico regresó a su ciudad natal, Berckley, también en Inglaterra, que en ese preciso momento estaba siendo azotada por una epidemia de viruela que afectó a toda la población y que había provocado innumerables muertes.
De esta forma, Jenner intentó implantar un método que había conocido durante su época de estudiante, denominado «variolización», que consistía en inocular en una persona sana material infectado, y el 14 de mayo de 1796 el médico infectó James Phillips, un niño de ocho años, con viruela bobina, lo que le ocasionó fiebres leves que remitió a los pocos días.
Posteriormente, cuando el pequeño James Phillips estuvo recuperado del todo, lo infectó nuevamente, esta vez con la variante humana del virus, y el niño ni contrajo la enfermedad ni murió.
La comunidad científica del momento rechazaba este procedimiento, a pesar de que Jenner realizó el experimento con otras 23 personas más y obteniendo el mismo resultado exitoso, basándose en el argumento de que siguiendo este procedimiento los pacientes podrían convertirse en ganado vacuno. 
Jenner, convencido de la efectividad de su método, llegó a inocular a su propio hijo, obteniendo buenos resultados.
Finalmente, a Jenner le llegaría su reconocimiento en 1805, cuando Napoleón Bonaparte inmunizase a todo su ejército siguiendo su método, como también lo hicieron posteriormente la condesa de Berkeley y lady Duce con sus hijos.
En 1840 el Gobierno de Inglaterra prohibió cualquier otro método de inmunización que no fuera el de Jenner. El método se generalizó en todo el mundo, junto al término que fue acuñado en homenaje a los experimentos de Edwar Jenner con la inoculación de la viruela bobina. La viruela finalmente se consideró erradicada en 1980.